La generación de un producto de alta calidad depende del rendimiento de todos los componentes involucrados en el proceso, porque como se dice en el mundo de la música, el sonido producido va a ser de tan alta (o baja) calidad como la de la pieza de más bajo rendimiento del equipo.
Imagen creada con programa de inteligencia artificial
Así es... puedes tener el mejor equipo de música, con múltiples formatos de reproducción, diferentes tipos de conectividad y compatibilidad, sin dejar de lado en este análisis la calidad de sonido dada por el tweeter y el subwoofer, la potencia y la impedancia; pero si no tienes los cables compatibles, son de mala calidad o simplemente están defectuosos, eso se traducirá en una experiencia deficiente a la hora de escuchar música.
Un equipo de alta calidad requiere cables de alta gama, ya que estos tienen excelente conductividad y capacidad de transmisión, lo que implica una baja distorsión. Aquellos que no son apropiados pueden afectar la dinámica de la señal, el ancho de banda, modificar el volumen y los tonos de algunas frecuencias de audio, entre otros.
Esta misma analogía la podemos llevar a otro ámbito. ¿Te ha pasado que cuentas con los mejores recursos, ya sea personas, herramientas tecnológicas, productos, servicios, u otro, y aún no logras cumplir tus metas de manera eficiente? Los responsables de eso están ahí, “escondidos” a la vista de todos… esperando a ser “descubiertos” para entregar su máximo potencial: los datos. ¿Qué datos? Los que tengas… o los que no tengas. Para que los procesos sean exitosos, debemos procurar que todos los recursos estén en sintonía con ello. No basta con tener “lo mejor” si un eslabón del proceso no es el adecuado. En este escenario, los datos son los protagonistas, porque su organización y análisis son la clave para corregir, mejorar y/o optimizar tareas y procesos, y generar los cambios deseados en nuestra empresa.
¿Tienes un gran producto o servicio y poca gente se interesa por él? ¿Contratas personal por medio de un riguroso proceso de selección y a pesar de eso tienes alta rotación? ¿Compraste una licencia de un programa que promete hacer más eficientes tus procesos, y eso aún no ocurre? Te invitamos a analizar si los cables que tienes son los apropiados para tu “equipo de música”.
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