Alguna vez me dijeron que la mejor habilidad que debemos tener los CISOs, cuando necesitamos movilizar y convencer a una audiencia, es la de "cuenta cuentos". En aquel momento, y sobre todo en materia de seguridad de la información, no lograba hacerme a la idea de que tan solo con historias podía promover un cambio de hábitos y cultura. Sobre todo sabiendo que siempre podía recurrir a la infaltable muletilla coercitiva de "debemos hacerlo porque la norma o la regulación lo exige".

Hoy, con 25 años de experiencia, siento que más allá de los conocimientos adquiridos y aplicados, el mayor valor que me ha dado la experiencia es poder mostrar que las cosas realmente suceden (buenas y no tanto) porque las he vivido en persona y puedo contarlas desde mis propias vivencias. Creo que de esa manera se logra activar en las personas espacios de razonamiento, imaginación y creatividad casi análogos a los que se generan cuando leemos un libro. Algo que, por cierto, es muy difícil de generar desde la pura teoría de las buenas prácticas, normas y regulaciones.

Ya sea en presentaciones, charlas o capacitaciones, los argumentos más convincentes para lograr cambios son aquellos que pueden captar la atención plena y generar ese "darse cuenta" tan necesario y difícil de obtener para quienes trabajamos en ciberseguridad.

Imagino que algunos colegas y contrapartes podrán estar más o menos de acuerdo conmigo. Pero más allá de eso, quiero cerrar esta publicación invitándolos a mantener siempre vigente el catálogo de experiencias vividas y ponerlas al servicio de sus argumentos. Estoy convencido de que les resultará gratificante.

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